En este artículo queremos resaltarles la importancia de realizar un mantenimiento a su batería, hacerlo correctamente, y de saber qué la daña acortando su vida, para así evitarlo e intentar darle un uso óptimo, o, en la medida que nuestras propias circunstancias de producción o situación nos lo permitan, lo más óptimo posible.

Nos centramos en las baterías de tracción de plomo-ácido abierto que llevan las máquinas y vehículos eléctricos como carretillas elevadoras, apiladores, transpaletas, máquinas de limpieza (fregadoras y barredoras), plataformas elevadoras, coches de golf, tractores de arrastre, etc, y que requieren de un mantenimiento periódico. Otras baterías que pueden llevar estas máquinas y vehículos eléctricos como son las herméticas, de AGM y de Gel, e incluso las de Litio también requieren de su pequeño mantenimiento, revisión o supervisión a lo largo de su vida, como puede ser por ejemplo la monitorización de su nivel de carga para adecuarla al nivel de uso que vaya a ser necesario en nuestro día a día, o también, su seguimiento para darle una carga cada cierto tiempo cuando éstas se vayan a mantener sin usar periodos de tiempo prolongados, y que en caso de no hacerlo, puede suponer incluso su fin.
Todos sabemos de la gran importancia de las baterías, que sustituirla supone un gran desembolso económico, y que seguramente sea necesario hacer este cambio más de una vez a lo largo de la vida de la máquina. Pero no siempre somos tan conscientes de que necesitan un correcto mantenimiento y uso, para un funcionamiento óptimo y para que no se acorte prematuramente su vida útil. Hacer un mal mantenimiento o no realizarlo, o un uso inadecuado de la batería, la perjudica reduciendo su vida, e incluso puede acortarla severamente, lo que nos llevará a tener que sustituir la batería en la máquina más veces de lo normal, y por tanto a hacer desembolsos que podríamos ahorrarnos.
Pasemos a ver una serie de recomendaciones, consejos y ayudas generales y sin ánimo de ser exahustivo, para intentar mantener sus baterías en un estado óptimo de funcionamiento, siguiéndolas conseguiremos un ahorro económico importante. En cualquier caso, recomendamos revisiones periódicas por profesionales de su confianza de al menos una vez al año para detectar y solucionar otros problemas que no se ven fácilmente y que pueden dañar la batería.
Con respecto a su mantenimiento, tendríamos:
Control del nivel de agua de los elementos o celdas:
Debe saber que la falta de agua daña a su batería. Es fundamental para la vida de la batería que no le falte agua, para evitar esta situación hay que vigilar el nivel de agua de todas las celdas que componen la batería, de forma periódica y añadir agua destilada hasta el nivel indicado por el tapón de la celda. No añada demasiada agua para evitar derrames que también causarían daños, superar este nivel indicado provocará fugas al exterior del elemento que terminarán sulfatando puentes, tornillos y cofre de su batería (Limpiar y secar si hubiese derrames o fugas).
Sólo se puede echar agua destilada (ni agua de grifo, ni mineral).
El relleno de agua en los elementos se hace después de la carga de la batería, no antes ni durante la carga (durante el proceso de carga, el electrolito de la celda gana volumen, y si hay un exceso, éste terminará saliendo al exterior del vaso, si ocurre ésto, habrá que limpiarlo, si no se hace, terminará sulfatando puentes, tornillos y cofre de la batería con el que entre en contacto).
Existen sistemas de rellenado automático de agua que se pueden instalar en las baterías, con ellos se ahorra tiempo en el llenado y además se optimiza el nivel de agua evitando derrames al exterior provocados por un exceso de agua. Sin embargo, requieren una revisión periódica para detectar puntuales malos funcionamientos al atascarse o dañarse los tapones, que pueden provocar, llenado completo del vaso (con pérdidas de agua al exterior), o que no dejen pasar al interior de la celda el agua destilada (con el riesgo dañarse el vaso al quedarse sin agua, si no se detecta con tiempo).
Controle el estado de los elementos o vasos, y su conexionado:
Recordemos que esstas baterías están formadas por celdas de 2V conectadas en serie entre ellas con puentes y tornillos (dependiendo del tipo de máquina eléctrica en cuestión lo habitual es que lleven o celdas de 2V o monoblocks de 6V, 8V o 12V, conectadas normalmente en serie para alcanzar la tensión requerida por la máquina) y con su par de apriete concreto, que hay que revisar para que éste se mantenga para evitar malos contactos que provocarán averías. Si uno de estos vasos está defectuoso, la electricidad no fluirá de forma correcta. Por lo que se recomienda hacer periódicamente un análisis a todos los elementos para detectar si hay algún vaso en mal estado y que, por su disparidad con el resto, perjudique significativamente al conjunto de la batería, éste habrá que sustituirlo.
También hay que comprobar el estado de sulfatación de los puentes, tornillos y bornes de la batería que normalmente por fugas de electrolito (generalmente debidas a un llenado excesivo de los vasos), se escapan al exterior y al entrar en contacto con tornillos, puentes, bornes y cofre terminan provocando una sulfatación exterior de la batería (sustancia que se forma de color variable, blanca, azulada, verdosa y/o amarillenta, que puede estar sólida o pastosa), que interfiere en el funcionamiento correcto de la batería por lo que habrá que sustituir y sanear los componentes afectados. La sulfatación es una de las principales causas de fallo y deterioro prematuros en una batería y que aumenta sus costes de mantenimiento.
Hay que comprobar el conector de la batería y su cableado periódicamente, si están deteriorados, sustitúyalos: Una situación peligrosa es un corte del aislante de cableado positivo y negativo al mismo nivel dejando el cobre al aire (se da con cierta frecuencia al cerrar la tapa de la batería y atrapar el cableado con el borde del cofre; vigilar siempre para evitarlo), pudiendo provocar un corto importante al entrar en contacto ambos.
Carga de la batería:
Hay que tener muy presente una regla que no debemos saltarnos: cuando la batería llegue a un nivel de sólo el 20% de su carga (indicado por la propia máquina) debemos dejar de usarla y ponerla a cargar (salvo que tenga una temperatura de 45ºC o superior, en cuyo caso habrá que esperar a que baje por debajo de esos 45ºC, ya que durante la carga la temperatura del electrolito aumenta 10ºC y alcanzaría una temperatura de 55ºC o más y estaríamos dañando la batería), su uso por debajo del 20%, hacia niveles más bajos de carga, daña la batería, y se produce lo que se conoce como una descarga profunda que es perjudicial para ésta. Este nivel del 20%, supone que la batería se ha descargado un 80% y es un punto crítico, a partir de ahí hay que evitar usar la carretilla elevadora o transpaleta eléctrica. Hay que saber que si se sigue usando, la descarga total provoca daños en la batería y hace que los componentes eléctricos dejen de funcionar. Cuando la carga de la batería baja del 20%, la tracción y el sistema hidráulico de la carretilla se ralentizan.
Durante la carga se debe asegurar la salida correcta de los gases de carga, por lo que la tapa de la máquina que cubre la batería se debe mantener siempre abierta durante la carga. En cambio, los tapones de los vasos deberán estar siempre cerrados durante la carga. Con estas medidas evitamos concentración de gases, fugas de electrolito al exterior de los elementos y reducimos un ambiente ácido que favorecerá la sulfatación exterior de la batería.
Las cargas de la batería deben ser completas, no interrumpidas bajo ningún concepto. Cuando desconectamos la batería antes de terminar su ciclo de carga estamos haciendo lo que se conoce como una carga incompleta, y ésto también perjudica a la batería, y además gastamos un ciclo de vida (en este tipo de baterías de carretillas elevadoras normalmente unos 1500 ciclos). Entre otros factores, la vida de la batería depende de sus ciclos de carga, ésta tiene una número limitado de ciclos de carga/descarga estimado por el fabricante que durará y que nos permitirá descargarla y cargarla dando un nivel de servicio de óptimo a aceptable. Cuando hacemos cargas incompletas estamos consumiendo ciclos de vida que nos van a dar menos horas de uso y tendremos que poner a cargar la batería antes de lo que hubiese sido necesario haciendo el ciclo de carga completo, reduciendo su rendimiento. La práctica habitual de cargas incompletas, provoca una situación en la batería de “frecuente carga” que tiende a aumentar su temperatura más allá de lo normal (recordemos que durante la carga su temperatura aumenta 10ºC), y una batería que trabaja con altas temperatura reduce prematuramente su vida útil, además una dinámica de cargas incompletas suele estar asociada caer más frecuentemente en descargas profundas. Normalmente estas situaciones son debidas a una mala planificación de los recursos mínimos necesarios para la carga de trabajo, a la falta vigilancia del nivel necesario de carga de las baterías para su uso al día/s siguiente/s, y una mala práctica del usuario de la máquina (muchas veces por desconocimiento o formación).

Deja un comentario