La vida de batería de nuestra silla eléctrica ha llegado a su fin y necesitamos sustituirla, ¿Qué tipo de batería nos conviene? Hay una amplia variedad y reciben distintos nombres: baterías de AGM, de Gel, de Litio, de plomo-ácido abierto, de ciclo profundo, estacionarias, cíclicas, de arranque, de tracción, de semitracción, etc., pero ¿Cuál de ellas debemos poner?
La regla básica es poner la misma batería o una de características similares: si estamos satisfechos con las prestaciones que nos ha dado y no se nos quedó corta, lo normal es colocar el mismo tipo de batería, ya sea una igual o bien una similar.
Poner la misma: colocar el mismo modelo de batería generalmente implica, hacer un desembolso bastante alto, ya que estamos sujetos a montar la marca que el fabricante de la silla ha seleccionado, y que en algunos casos, no es ni fácil ni rápido de conseguir.
Sustituirla por una de características similares: sería lo más económico y normalmente encontraremos una equivalente a la original sin problemas. Eso sí, para tener claro por cuál podemos cambiarla, manteniendo sus prestaciones, hay que tener en cuenta varios detalles técnicos que observaremos en la que lleva la silla, o en su manual de instrucciones:
El tipo de batería que lleva: si es de AGM, de Gel, de litio o si es de plomo-ácido abierto. Este detalle es importante porque además de dar distintas prestaciones, cada tipo necesitará un cargador diferente: puede que nuestro cargador sea válido a la vez para las de plomo-ácido abierto, para las de AGM e incluso para las de Gel, pero no para las de Litio. En la fotografía de ejemplo observamos que sería de Gel.

El número de baterías y su voltaje, tanto individual como total al que trabaja: en nuestro ejemplo llevaría 2 baterías de 12v y la silla trabaja a 24v (el voltaje tiene que coincidir necesariamente con el que utiliza la silla).
Su amperaje: si lleva dos baterías, ambas tienen que ser del mismo amperaje, en nuestro ejemplo 33Ah, pues se sustituye por dos baterías de 33Ah (no necesariamente tenemos que sustituirlas por unas con un amperaje idéntico, encontraremos en el mercado baterías con amperajes de 30-35Ah que nos dará un nivel de servicio con una diferencia inapreciable).
Las medidas máximas de la batería: es importante no olvidarse de sus dimensiones, se mide el largo, ancho y alto en milímetros, ya que una vez la tengamos en casa puede ser que nos demos cuenta de la desagradable sorpresa de que no quepa en el habitáculo de la batería. Tiene medirse el largo, ancho y alto máximos, es decir, si estamos midiendo la altura, lo hacemos desde la base de la batería hasta la parte más alta (si los bornes sobresalen de la carcasa de la batería, se cuentan también los bornes, ya que es su altura máxima y tiene que caber entera). Puede ser que el habitáculo de la batería, por sus dimensiones, nos permita poner una batería mayor, lo tendremos presente para el caso de querer poner una de mayor amperaje. En nuestro ejemplo la altura como observamos es de 180 mm, el largo sería de 195 mm y el ancho de 130 mm y el habitáculo es el justo para esas medidas.
Con estas cuatro características tenemos los datos necesarios para seleccionar la batería adecuada para nuestra silla eléctrica: Siguiendo nuestro ejemplo serían 2 baterías de Gel, de 12v y 33Ah cada una y con las medidas máximas siguientes: 195 mm de largo, 130 mm de ancho y 180 mm de alto.
Lo habitual es sustituirla por una igual o equivalente, pero hay veces que esa batería se queda corta en prestaciones y queremos ampliarla, o bien, queremos unas nos supongan un desembolso económico más bajo. En este caso, habría que tener en cuenta que el cambio sea factible, técnica y económicamente:
Si estamos usando baterías de litio, y queremos pasar a reducir costes adquiriendo baterías de AGM o de Gel, ó bien al revés, queremos dar el salto de usar AGM o Gel a utilizar las de litio, debemos saber que el cargador de uno es incompatible con el de los otros, por lo que tendríamos que adquirir al mismo tiempo un cargador de AGM, Gel o litio, según el caso, con lo que supondría un coste adicional a tener presente; pero también hay que tener en cuenta, que la electrónica de la silla va acorde con el tipo de batería para la que fue diseñada, de forma que si estamos usando litio puede ser que sea incompatible pasar a Gel o AGM (igualmente hay distintos tipos de baterías de litio que necesitarán cargadores específicos, no valdría cualquiera).
Pasar de AGM a Gel o viceversa, es más viable, ya que el principal inconveniente que puede encontrar, es la compatibilidad del cargador, ya que puede no servirle, si pasa de AGM a Gel, aunque normalmente serán compatibles. La diferencia de precio de una tecnología a otra no es muy grande y las dimensiones de las baterías son normalmente compatibles.
En cuanto, al de tipo de batería, tenemos las siguientes:
Plomo-ácido abiertas: Requieren mantenimiento, hay que vigilar periódicamente sus niveles de electrolito por celda, rellenándolas de agua destilada cuanto así lo necesite. Actúan usando una reacción química que lleva a crear energía mientras se usan y requieren de la energía eléctrica del cargador para cargarla de nuevo. Acostumbran a gotear un poco y no se permiten para viajar, por ejemplo en aviones. No soportan las descargas profundas, descargas mayores del 80%.
AGM: Este tipo de baterías no requiere mantenimiento ya que son herméticas por lo que no presentan goteos o manchas como las anteriores. Son resistentes a las descargas profundas válidas para viajar en avión. Seguramente el tipo de batería para tu silla de ruedas eléctricas menos barata con precios elevados. Las AGM están saturadas con un ácido en el cristal absorbente que hay entre los platos. Esto lo que hace es reducir las posibilidades de daños causados por vibraciones y demás.
De gel. Tampoco se necesita ningún tipo de mantenimiento para esta. Las baterías de gel de las sillas ruedas eléctricas tienen el ciclo de vida más largo comparándolas con otras. No gotean y son capaces de funcionar bien a bajas temperaturas además de también estar aprobadas para viajar. Estas poseen una mezcla de agua pura, ácido y demás componentes con gel.
De litio. Este tipo es el que se está convirtiendo en favorito no solo en la categoría de minusvalías pero en toda la comunidad y fabricantes de sillas en general. La energía dura mucho además de pesar muy poco entre todos los metales. Comparada con las de ácidos que puede almacenar 25 watts a la hora, las baterías de litio para tu silla puede hacerlo hasta 6 veces más, lo que la hace la elección ideal para aquellos que buscan componentes ligeros. Por si fuera poco también son la mejor opción para ser amigable con el medio ambiente.
Actualmente la que más conviene poner en la silla eléctrica es la de Gel, mejor que una de AGM que le durará menos, ya que esta última soporta peor las descargas profundas. No recomendamos las baterías de plomo-ácido abierto para las sillas eléctricas ya que no son herméticas por lo que requieren mantenimiento, hay riesgo de fuga del electrolito y se producen salidas de gases por lo que se recomienda su carga en lugares ventilados; además puede encontrar trabas a la hora de viajar, por ejemplo en avión. Las baterías de litio tienen la ventaja de proveer de más energía por peso y volumen de espacio que ocupan con respecto a los otros tres tipos, pero son más caras y tienen una evolución tecnológica muy cambiante que nos puede dejar atrapados en ellas en un salto tecnológico que llegue a vía muerta.
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